sábado, 31 de diciembre de 2011

Adios 2011

Sé que es una tarde como otra cualquiera, el 31 de diciembre no deja de ser un convencionalismo para medir ese pasar inexorable de nuestra existencia. Miro ese último rayo de sol que se filtra por mi ventana y a mi perro siempre mirándome... la vida fluye, mi vida fluye con cada respiración a través de mis venas, mis pulmones, mis sentidos.... me veo en el espejo y me asombro de cómo los años hacen cambiar mi aspecto... y sin embargo ahí estoy yo, en lo más hondo, el niño, adolescente y joven que fui, con todos mis anhelos, ansiedades, alegrias y tristezas acumulados, ahí en lo hondo me reconozco, soy yo, el mismo pero no el mismo. El misterio de la vida. Y en esta despedida del 2011, un único deseo desde mi hondón: que Tú, Señor, seas cada vez más y yo cada vez menos. Tú, mi Roca.

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