jueves, 6 de diciembre de 2007

De residencias, ancianos y celibato


Desde hace un tiempo visito a un sacerdote anciano que se encuentra delicado de salud. El está en una residencia de ancianos, donde es muy bien atendido por las monjas y el personal que allí trabaja.
Viéndole allí, en una sala grande, rodeado de todos los demás ancianos, pensé hasta qué punto los sacerdotes comparten el destino de todos los demás, sí, pero el destino de los desheredados (o poco agraciados) de la tierra, a la manera de Jesucristo. El sacerdote junto a los ancianos que teniendo familia no quieren o no pueden estar con ellos, el sacerdote junto a los ancianos que no tienen familia y son recogidos como última y única alternativa de vida... Con la tristeza de ver el deterioro humano de aquellas personas, tenía tambien el sentimiento de que el celibato sacerdotal puede tambien iluminar situaciones desde el Señor. Pensé que el celibato nos puede apartar del pueblo, porque a veces nuestros criterios de la vida no coinciden con lo que se lleva, porque nuestro salario no alcanza para llevar una vida burguesa, o porque para la increencia creciente de esta sociedad ya no es signo del reino.... pero desde luego, creo que lo que hace el celibato sacerdotal es unirnos más a los pobres y en definitiva al Señor.

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